En 1907, el mundo de Mahler cambió drásticamente cuando fue testigo de la muerte de su hija Putzi. El funeral de la pequeña y su entierro tuvieron lugar el 14 de Julio en Keutschach.
El posterior colapso de Alma por agotamiento, provocó la visita del médico local.
El Dr. Carl Viktor Blumenthal aseguró a Mahler que la salud de Alma era óptima. En un gesto de apoyo a su esposa, pidió ser examinado.
El médico detecta un soplo cardíaco, convirtiéndose en el primero en diagnosticar la valvulopatía reumática de Gustav Mahler, que sería fatal en 1911.