Un día como hoy, pero de 1896, Mahler completa el boceto del Primer Movimiento de la Sinfonía Nº. 3.
El movimiento de apertura, colosal en su concepción, toma los tintes y la forma de sonata, en la medida en que hay una presentación alterna de dos grupos temáticos.
Los temas son variados y desarrollados con cada presentación, y la lógica armónica típica del movimiento de forma sonata, cambia.
La apertura se reúne lentamente en una conmovedora marcha orquestal. Un pasaje solista de trombón tenor establece una melodía audaz (secundaria) que se desarrolla y transforma en sus recurrencias. En la aparente conclusión del desarrollo, varios tambores solos “en una galería alta” tocan un pasaje rítmico que dura unos treinta segundos y el pasaje inicial de ocho cornos se repite casi exactamente igual.