Era el año 1894, cuando llegó como asistente de Mahler a la Ópera de Hamburgo el joven Bruno Schlesinger.
Más tarde cambió su nombre a Bruno Walter. Se convirtió en uno de los directores más famosos del siglo, asà como un verdadero predicador de Mahler.
Walter escribirĂa acerca de su Maestro:
“Mahler ejerció una influencia notable en mi destino musical y en mi vida entera. Era enemigo jurado de los sistemas y métodos de enseñanza.
Su vivacidad de espĂritu, su impulsividad, sus cambios de humor y de opiniĂłn, su eterna bĂşsqueda de una verdad que no podĂa ser más que subjetiva, la fuerza de su personalidad, la intensidad de su visiĂłn, los ejemplos prácticos que señalaba cada dĂa, su fervor, hasta su fanatismo para corregir los más minĂşsculos detalles, ejercĂan sobre mĂ un ascendiente irresistible”.